Declaración de pretensiones
No quiero
más bocas preciosas
mugrientas de mentira,
ni miradas dispersas
que revelan
omisión.
No precipitarme
en el
abismo de
la duda, ni sorprender
la pena en mi ventana.
No quiero más muertes de
lágrimas inocentes en masa,
ni encadenar mi alma
cansada al
primer vestido
corto que se insinúe.
Quiero un
pacto de
guerra en sus
caderas,
una batalla en su ombligo,
la muerte en su pecho.
Quiero
resucitar en su boca,
anidar en sus ojos
y mecerme en su pestañeo.
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