Tu turno, Mariano
Escondido tras mentiras que sólo
entran en tu mente, observando,
pasivo, cómo humillan a tu gente.
Vomitas promesas, empachado de
evidencia y hasta tú mismo sabes
que tu cargo es coincidencia.
Tus perros, sumisos, esperando
la orden, para fustigar al justo,
ese que tú llamas progre.
Y mientras tú, en tu bañera, dándote
un baño de espuma, cuando mis hermanos
sangran, está claro, te la sudan.
Pero eso quedó claro, cuando una pija
en el congreso, pidió amablemente que
nos dieran por el recto.
Ahora dicen las noticias que te gustan
las cartitas, qué pasa, presidente, no
te llega pa'comida?
Por favor, presidente, métame entre
rejas, allí habrá menos gente que eche
mano a mi cartera.
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