En tu azotea






Vamos a contar golondrinas en
los tejados de abril. Yo buscaré
en tu pupila, tú sólo déjate mirar.

Contaremos hasta tener las
mejillas rojas y los ojos de plumas
llenos.

Vamos al mirar al sol a los
ojos y, de tú a tú, le diremos que
se quede un rato más, que aún
le quedan tres bostezos.

Se rendirá cuando vea
que no podemos arder, que
 no surten sus rayos con
los monstruos.

Vamos a bajar el telón de este
día amarillo, que la luz ya no
me deja ver las alas de las
golondrinas y, las plumas
de tus hombros, agonizan
en el suelo.  

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