Aullidos de primavera
Volver a ladrar por
abril,
para levantar la cola y hacer
callar
las piedras de mis
bolsillos, que se hacen
pesadas
cuando intento correr.
Y
disfrazarme de nieve
como el cerezo, para
despistar
a mayo y que no me mire,
y
soslayar la primavera.
Ladrar por ti, por mí
y
por nuestra mierda,
por las noches de
abanico
y las mañanas que chasquean
cuando ya
huele a puchero
en la cocina. Afilarse
los
colmillos para aullar por
los amores
que se marchan
y menear el rabo por
los
que llegan.
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