El Capitán
Se tensan sus velas cuando un
rayo ilumina la proa. Le aúlla
a las olas y le responden con
cantos salados, con puños de
agua. Y se coloca la quilla
mientras agarra por la pechera
a Poseidón que con punta de
tridente amenaza. Nunca surcó
tan bravío mar. Nunca un lobo
imaginó encontrar tal horma para
su pezuña. Forró su corazón
con caparazones de forajidos
cangrejos y marcó su horizonte
lejos del encalle.
Precioso!! ... y gracias, compinche del alma...
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