Rencor





Maldita la noche en la que
borracho dejé una rendija
en mi pecho por la que 
colarte. Y te encontré entre
la basura y cucarachas que
habitaban un viciado corazón
maltratado de recuerdos. 
Nadando en orgías de penas
con rencores y tardes de
lluvia de reflejos por la ventana.
Te encontré en el humo de
mis pulmones, desnuda 
en el whiskey de un vaso
medio vacío, en el sótano
de una dignidad sentenciada
a pena de muerte. Te encontré
y te encontraré, una y mil 
veces, para anunciarte, y
no en vano, que a quien 
corazón mata, a corazón
muere. 

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