Estado de alerta




Hoy reposa este cuento en la silla
de anea mojada. Bajo un techo
que gotea rabia de ojos, que llueve
a medias jornadas. Hoy se pierden
las formas, y la tregua ocupa su
lugar en la basura. Hoy te miro
a fuego las mejillas que un día
tinté de rojo, y maltrago besos
que ayer malgastaba.
Hoy no aprieta el nudo que
ataba esta furia, porque hoy,
mi amor, este corazón,
huele a muerto.

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