Renacer en mundo ajeno
Con crueldad llegaste y con crueldad te fuiste. Mi crueldad.
Me amaste y me amarás. Yo solo amaba tu devoción. Devoción
por mí. Intentaste darme los mejores años de mi vida, pero
lo impedí por todos los medios. Nunca te lo permití. Tras 20
años de mentiras, flores y sumisión, has conseguido dejarme.
Pero nada ha cambiado. Quedaron las mentiras, las flores
marchitas y tu mayor acto de sumisión. Tu desprecio por la
felicidad y la dignidad, frenó todos y cada uno de mis intentos
por respetarte. Nadie mejor que tú, para enseñarme a odiar.
Tuve la mejor maestra. No solo estoy asistiendo a tu
entierro. Disfruto viendo mi amargura en esa caja de pino.
Le estoy dando santa sepultura a la peor parte de mí.
No sé cómo lo haces, pero en tan pocas líneas has conseguido emocionarme, como siempre. Yo también quisiera enterrar alguna parte de mi, espero poder hacerlo algún día ;)
ResponderEliminarGracias Mariajo!! siempre al pie del cañón...ole tú!
EliminarGuau! Por suerte cada vez nos quedan menos autoentierros a los que existir. Un abrazo.
ResponderEliminarEscribes de manera muy directa y contundente. Apuntas a las emociones y aciertas de lleno en el corazón. Me ha gustado. Gracias.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, llegas a emocionar con muy pocas palabras. Enhorabuena.
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