Diosa del invierno
Ha llegado un invierno
sin aves a nuestras orillas,
descalzo de sueños y tiritando.
Borracho de vigilias
te espero, en el paseo
de un beso infinito a la luna.
Una noche que a bocajarro
desnuda a infames poetas y
los devuelve a su agujero de
tristes vasos vacíos y
corazones rotos.
Ha llegado una luz a
nuestra calle, y con ella, la
gloria.
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