Renacer en mundo ajeno
Con crueldad llegaste y con crueldad te fuiste. Mi crueldad. Me amaste y me amarás. Yo solo amaba tu devoción. Devoción por mí. Intentaste darme los mejores años de mi vida, pero lo impedí por todos los medios. Nunca te lo permití. Tras 20 años de mentiras, flores y sumisión, has conseguido dejarme. Pero nada ha cambiado. Quedaron las mentiras, las flores marchitas y tu mayor acto de sumisión. Tu desprecio por la felicidad y la dignidad, frenó todos y cada uno de mis intentos por respetarte. Nadie mejor que tú, para enseñarme a odiar. Tuve la mejor maestra. No solo estoy asistiendo a tu entierro. Disfruto viendo mi amargura en esa caja de pino. Le estoy dando santa sepultura a la peor parte de mí.