Paraíso corrompido
Me columpio en la vaga sonrisa de su oasis blanco. Aquí me dejo llevar por un deprimido viento, que no puede más que acariciar las tristes caras que pasean por aquí. No salgo. Las flores zancadillean mis piernas marchitas, y al caer, me sumerjo en la mierda de mi cabeza. Profundo letargo de malas ideas y palabras asesinas. Saco los pies. Y si por orgullo o por cojones levanto la mirada, la luna me escupe en un ojo .